Aunque se especuló con que varias de las disciplinas se llevarían a distintos municipios del conurbano, el gobierno bonaerense confirmó la sede tradicional.

Días atrás se había conocido la polémica desatada por el desdoblamiento de las sedes de las finales de los Juegos Bonaerenses, que históricamente fue en Mar del Plata. Según denuncias surgidas desde la oposición, especialmente de la Juventud Radical, el Gobierno solo dejaba una veintena de disciplinas en la ciudad de Mar del Plata, llevando las restantes a distintos municipios, la gran mayoría del conurbano bonaerense y de signo político afín al Gobierno de Axel Kicillof. Finalmente, el gobierno provincial ratificó que la última etapa se desarrollará, como es habitual, en la localidad de siempre.

“La competencia se realizará en noviembre y mantendrá su formato tradicional, de manera centralizada y presencial, en la ciudad balnearia”, anunció la Provincia a través de la Subsecretaría de Deportes dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad. Esta es la edición número 30 de este evento deportivo, social, artístico y cultural, que contó con más de 100.000 inscriptos en este año y se lleva a cabo desde el mes de marzo, en articulación con diferentes áreas del Ministerio y la Subsecretaría de Promoción Sociocultural de la Provincia.

La realización de la final fue establecida en el marco de “los anuncios recientemente realizados por las autoridades nacionales y provinciales respecto a las nuevas aperturas que se dan en el marco de la baja sostenida del número de casos diarios de Covid-19”.