Del Potro: Cómo vivió su carrera entre el éxito y las lesiones

La carrera de Juan Martín del Potro fue el edén. Y también el infierno. Fue la cumbre y las profundidades del océano. Ninguna de las sentencias es inexacta. El tandilense se endulzó, prácticamente desde sus primeros raquetazos, con el éxito y el aplauso. Y se mortificó con los obstáculos y los reproches. Triunfos de alto impacto, títulos, gloria, respeto mundial, épica, pasión, dinero, popularidad, oportunidades, mensajes, alegrías. Lesiones, cirugías, depresión, quirófanos, tratamientos, presiones, silencios y malos asesoramientos, equivocaciones, enojos, especulaciones.

Raqueta y bisturí. Con 33 años y más de dieciséis temporadas como profesional, Del Potro experimentó una vida deportiva furiosa, un subibaja emocional en el que pasó de evaluar la mejor estrategia para intentar derrotar a Roger Federer y Rafael Nadal a tratar de salir en buenas condiciones de una intervención quirúrgica. Sin escalas, a los golpes. Gigante en los courts, bombardero de derecha y saque, con malicia competitiva y mentalidad ganadora,

Del Potro llegó a ser una amenaza para el Big 4 (para Roger y Rafa, primero, para Novak Djokovic y Andy Murray, después). De hecho, les ganó a los cuatro y, además, es uno de los tres jugadores que derrotaron a Nole, Nadal y Federer cuando estos se encontraban en la cima del ranking. No sólo eso: en total ostenta diez victorias sobre números 1, la mayor cantidad para un tenista que nunca alcanzó el primer escalón del tour.

La posición más destacada del argentino fue 3°, en agosto de 2018, algunas semanas antes de sufrir la -aún increíble- caída sobre la superficie de cemento del torneo de Shanghai, la misma que lo empujaría -desde junio de 2019- a cuatro operaciones. Si se creía que las cuatro cirugías de muñeca, entre 2010 y 2015, habían resultado una pesadilla para Del Potro, el período que comenzó ese 11 de octubre de 2018 en el Masters 1000 de Shanghai en un partido ante Borna Coric, cuando se dañó la rótula derecha al trastabillar y golpear su pierna en el cemento chino, fue peor aún. ¿Qué lesión sufrió? Una fractura de rótula derecha de trazo vertical y sin desplazamiento, éste último un detalle no menor que le permitió esquivar el quirófano, aunque al menos por unos meses. Cuando en junio de 2019 se resbaló sobre el césped del torneo de Queen’s y se resintió de la lesión, en el partido que terminó ganándole al canadiense Denis Shapovalov, los tratamientos menos invasivos dejaron de ser una opción.

Lesión inusual

La lesión es totalmente inusual en el tenis. En su momento, según médicos y kinesiólogos consultados por LA NACION, es un daño más frecuente en personas de edad avanzada con osteoporosis que tropiezan y caen sobre sus rodillas o en jóvenes que tienen fuertes impactos en accidentes. Llevado al deporte, son lesiones más usuales en el fútbol, claro. El tandilense se sometió a una primera operación de rodilla derecha en junio de 2019, en Barcelona, por recomendación de Ángel Ruiz-Cotorro, el médico de confianza de los tenistas españoles. En 2021, a fines de enero, volvió a ingresar en un quirófano: en Miami, el doctor Lee Kaplan le realizó un toilette artroscópico, una suerte de “limpieza” de lo que estaba mal en la zona. Sin los resultados que esperaba, en agosto de 2020 el tenista argentino fue operado por tercera vez en la rodilla. Ahora fue en Berna, Suiza, por el doctor Roland Biedert, un profesional de máxima confianza de Roger Federer. Pero todavía con dolores, en marzo de 2021, sumando 21 meses sin competir, volvió a ingresar en un quirófano para tratar de hallar soluciones para sus problemas de rodilla. Esta vez en Chicago, ante el doctor argentino Jorge Chahla. “La definitiva”, escribió en sus redes.

En medio de la búsqueda de alternativas, Del Potro viajó a Porto Alegre, a un centro médico que se enorgullece por realizar “procedimientos ortopédicos regenerativos no quirúrgicos con una propuesta revolucionaria” y en el que también se atiende, por ejemplo, el ex caudillo del fútbol uruguayo Diego Lugano. Del Potro se sometió a un procedimiento llamado BMAC, concentrado de células madre y factores de crecimiento de la médula ósea. No es la primera vez que durante este período traumático se entrega a un tratamiento con células madre: Ruiz Cotorro, médico de la Real Federación Española de Tenis, también se lo hizo, pero el argentino no halló los resultados que esperaba. Se trata de una terapia relativamente moderna, que todavía no ostenta las amplias estadísticas de otros tratamientos y cuya efectividad -muchas veces- depende de “acertar el tejido” en el que se aplica.

En 2018, con su 22° y último trofeo ganado, en el desierto californiano de Indian Wells (el primero de categoría Masters 1000 en su carrera), Del Potro completó un currículum extraordinario: campeón de un Grand Slam (el Abierto de los Estados Unidos 2009, con 20 años, en la final frente a Federer, que acumulaba un invicto de 40 partidos en Nueva York), doble medallista olímpico (bronce en Londres 2012 y plata en Río de Janeiro 2016), figura y campeón de la Copa Davis 2016 y ganador en las otras divisiones del ATP Tour (250 y 500).

Entre 2008 y 2018 disputó otras trece finales (incluida la del US Open 2018, perdida ante Djokovic) y pudieron haber sido muchas más. Con 439, es el argentino con más victorias después de Guillermo Vilas, con 951. ¿Del Potro pudo haber sido número 1 del mundo? Sí; tuvo condiciones para alcanzar ese sitio de privilegio. ¿También pudo haberse retirado hace muchos años? Sí, también. Las cirugías de muñeca derecha, de muñeca izquierda y de rodilla derecha lo acorralaron y asfixiaron, lo confundieron e hicieron dudar de todo. El tiempo total de su inactividad, si se suman las lesiones más severas, impacta: 1984 días. Es decir que de los 16 años de profesional, en casi cinco y medio estuvo sin poder jugar. Demasiada tortura.

Hoy, tras su derrota con Fede Delbonis en el Argentina Open pone punto final a su carrera exitosa y abre un signo de interrogación también a señalar que si en un par de años no sufre mas dolor, barajaría y daría de nuevo, refiriéndose al tenis. Lo único que quiere por el momento es ser feliz, según sus propias palabras y disfrutar de la vida.

Fuente: La Nacion (S. Torok)

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