Magdalena Urbana

Hasta siempre querido Marito…

Hoy, 30 de diciembre, me toca despedir a Marito Corsiglia, un amigo que me regaló esta profesión de periodismo que adopté casi de reojo allá por principios de 2006.

Recuerdo esa primera salida de “Urbano” con una impronta totalmente renovada en Magdalena y casi como si fuera un premonitorio, me encuentro ese mismo día con Mario y Mechi, elogiando ambos el nuevo proyecto periodístico que veía las calles de Magdalena.

Casi sin dudarlo y sabiendo de su pasión por el periodismo lo invité a formar parte de Urbano. Por supuesto que la respuesta fue un sí rotundo. Así que desde el segundo número de junio de 2006 me acompañó en este proyecto, con sus consejos y su experiencia de años en medios como el Semanario “El Pueblo” y “Magdalena su gente, sus cosas”. Seguramente debe haber más participaciones que yo no recuerdo en este momento.

Pero como venía relatando, desde ese momento siempre tuve a un aliado de Urbano, una persona que a su manera se adaptó a los nuevos tiempos, que defendió a capa y espada su palabra y la identidad de la revista hasta noviembre de 2020 cuando, en medio de una pandemia que sigue hasta hoy en día, decidimos cerrar la producción en edición impresa por diferentes razones que algún día explicaré.

Recuerdo la última charla hace un mes aproximadamente cuando me preguntaste si volvía Urbano… No fue ni un si ni un no mi respuesta…

Así era Mario, empujando para adelante, siempre traccionando y tratando de sacar siempre lo positivo de cada cosa.

Ya para despedirme, querido Marito (como siempre te llamé) te quiero decir que Urbano te va a estar eternamente agradecido por todo el cariño que le pusiste a lo largo de estos años. Y lo más importante de todo esto es como cité al comienzo de la nota… esta profesión, más que un colaborador, me regaló un amigo que lo pude disfrutar en cada asado, en cada encuentro, en cada charla…

Hasta siempre querido Marito.

Siempre seremos Urbano…

Vaya un abrazo enorme a toda la familia.

Mayo de 2016. Urbano cumplía 10 años de vida. Una cena compartida “La Colonia” con el staff de la revista.

por Cristian Montes de Oca

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