Internos de la Unidad 46 San Martín y de la 42 Florencio Varela, dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense, donaron ayer camas, bancos, mesas y sillas para habitantes de la localidad salteña de Santa Victoria Este, y de sillas de ruedas, camillas, muletas y bastones para el Hospital Municipal de la localidad bonaerense de Pila.
En el penal de San Martín, cerca de 40 privados de libertad fabricaron en el sector de Carpintería 100 camas, 100 mesas, 120 bancos y 150 sillas con pallets donados por la empresa Brembo.
La producción fue coordinada por autoridades del SPB, de la federación Familia Grande Hogar de Cristo del Padre Pepe, y de la secretaría de Desarrollo Comunitario Indígena de Salta.
Dos camiones llegaron ayer a la cárcel para llevarse la producción para jardines de infantes, entidades de bien público y hogares particulares ubicados en cercanías del río Pilcomayo, el que tras una fuerte crecida provocó innumerables daños.
El Obispó Auxiliar de la Diócesis de San Martín, Han Lim Moon, bendijo los elementos fabricados, a los internos trabajadores y a las autoridades presentes.
Julio, uno de los detenidos que coordinó el trabajo en la carpintería, explicó que “muchos de mis compañeros no tenían ni idea en el oficio, pero ahora saben cortar la madera, cepillar, encuadrar. Ahora pueden fabricar sillas, bancos, mesas, camas y todo lo que se propongan. Esto, más allá de la alegría de sentir que ayudamos a los más necesitados”.
En tanto, internos de la Unidad 42 de Florencio Varela que trabajan en la sección talleres restauraron sillas de ruedas y camillas, y confeccionaron muletas y bastones para el Hospital de Pila.
El trabajo, que demandó unos veinte días e involucró a los doce internos que participan en los talleres de marroquinería, carpintería y herrería de la Unidad 42, consistió en la restauración de cuatro sillas de ruedas y cuatro carros de traslado de gente mayor y la confección de diez pares de muletas y cinco bastones de madera.
Claudio Pereyra, el Jefe del Departamento Regional de Cultura Laboral del Complejo Penitenciario de Florencio Varela, destacó que “esto es una forma de que los internos retribuyan a la sociedad por el daño que han hecho, pero también sirve para que se perfeccionen en oficios pensando en el mañana”.
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