“Tengo los pies sobre la tierra y no lo quiero desperdiciar”

EL Diario El Día compartió una entrevista con Franco Zapiola, uno de los valores magdalenenses que se hizo un lugar en Estudiantes de La Plata.

EL Diario El Día compartió una entrevista con Franco Zapiola, uno de los valores magdalenenses que se hizo un lugar en Estudiantes de La Plata.

Franco ya convirtió ante Godoy Cruz y Tigre, por el torneo local y ante Vélez por la Copa Libertadores. El magdalenense ya se hizo un lugar en el primer plantel de Estudiantes y está claro que aprovecha cada oportunidad. En esta nota realizada por Martín Cabrera, si bien se destaca el rol que cumple actualmente en el albirrojo, sirve también para conocer todo el esfuerzo (propio, de sus familias y de familias conocidas) para que hoy Franco pueda disfrutar de este momento. Compartimos un fragmento:

Cuando Zapiola corrió hacia el rincón en la platea de 115 fue interceptado por los jugadores suplentes que realizaban el precalentamiento. El primero en abrazarlo fue Bautista Kociubinski, jugador que realizó buena parte de las divisiones menores en Estudiantes junto a él.

“Es muy lindo para los dos y para nuestras familias que son muy amigas también. Es hermoso poder compartir con él este momento. La peleamos mucho y vivimos cosas muy lindas de chicos. Hicimos las infantiles y las inferiores juntos. Ahora nos toca esto. Somos afortunados”, contó de ese momento del festejo del gol contra el Matador, de los más lindos de su carrera.

-El que se quedó hasta el final para saludarte y que lo veas fue Mauro Boselli. ¿Qué representa para ustedes?

-Es un referente. Siempre tiene la palabra justa y está muy pendiente de todos nosotros, lo mismo que otros referentes del plantel, como Fernando Zuqui y Mariano Andújar. Es muy bueno para nosotros tener esa clase de jugadores. Nos marcan el camino todo el tiempo.

-¿Cómo es para un juvenil meterse en un equipo de tantos jugadores experimentados y con un técnico de años en el fútbol argentino?

-Hay que trabajar, escuchar y hacer las cosas bien en los partidos y en cada entrenamiento. Tenemos que cuidarnos y hacer las cosas correctas. Eso, a la larga, te va llevando a los resultados que uno quiere.

Franco Zapiola, como todos los juveniles que llegan al primer equipo de Estudiantes o de cualquier equipo de Primera tiene que saber “hacer los deberes” o no caer en tentaciones. Es una edad muy difícil y una posición de suma exhibición, con múltiples tentaciones para un joven de 21 años.

-¿Cómo lo manejás? ¿Cómo poner los pies sobre la tierra?

-Suelo ser tranquilo y estoy con las personas que siempre estuve. Cuando tengo un rato libre me voy a mi pueblo, Magdalena. Estoy con mis amigos de toda la vida, mi novia, mi familia… Ellos me ayudan a tener los pies sobre la tierra. Me costó mucho llegar hasta acá como para desperdiciarlo.

-¿Qué significa la familia Ascacibar para vos?

-Muchísimo. Estuve un tiempo viviendo en su casa cuando dejé de viajar todos los días desde Magdalena hasta La Plata. Me contuvieron como si fuesen mi familia. No tengo palabras para agradecerles. Cuando los necesité siempre estuvieron. No pasa en todos lados, pero ellos tienen un corazón enorme. Fue con edad de Sexta División y me quedé hasta que empezó la pandemia.

Franco Zapiola fue compañero de Julián Ascacibar, el hermano de Santiago, que hoy está en el fútbol alemán y que en su momento llevó a su casa a vivir a varios compañeros suyos que no tenían dónde vivir o necesitaban una contención familiar especial. Entre ellos Rodrigo Marinmelli y Manu Sosa. “Y no fui el último caso, porque ahora está viviendo un compañero de Mariano, el menor de la familia”.

En la familia Zapiola hay un integrante que fue jugador profesional del Pincha: papá Edgardo, que integró planteles profesionales a principios de la década del ‘90, jugó en Cambaceres, Tandil y una selección sub 20. “Vi poco, agarré su final en Magdalena. Lo demás me lo contaron”.

Fue su papá quien le consiguió una prueba en Estudiantes, por intermedio de Juan Ramón Verón. “Cuando empecé me traía él a entrenar al Country. Era muy cansador. Ahora que manejo me doy cuenta y lo valoro el doble. El esfuerzo que hicieron mis viejos para que pudiera jugar al fútbol no tiene nombre”.

Franco tiene los mejores recuerdos de esos viajes desde el pueblo hasta La Plata, muchos de ellos con el pequeño Matías Pellegrini, su hermano y el Colorado Domínguez. “Nos diviertíamos mucho”.

-¿Tus viejos son de venir a verte a la cancha?

-Siempre. El otro día estaban en la platea y luego del festejo los busqué y les dediqué el gol. Mi mamá Nancy es tranquila, el que llora y se emociona más es mi viejo (risas)

Fuente: https://www.eldia.com/nota/2022-4-21-3-36-55-me-costo-llegar-hasta-aca-tengo-los-pies-sobre-la-tierra-y-no-lo-quiero-desperdiciar–deportes

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