Días pasados, los que amamos la pelota a paleta sufrimos la pérdida de alguien que estuvo desde los comienzos de este deporte en nuestra ciudad. Omar Vega nos dejó físicamente pero siempre quedará el recuerdo de las famosas anécdotas del «Viejo» Vega, como le decíamos cariñosamente.
Papá de «Coni», Marcelo y Walter y esposo de Chela, a lo largo de estos últimos años, siempre nos acompañó, en cada partido, en cada cena, en cada momento compartido con la familia pelotari.
Aún me parece verlo sentado sobre los tablones de la cancha. Una mano con su bastón y la otra en la reja, como queriendo involucrarse y no perderse detalle. Parco, de seño fruncido, opinando y dando ejemplos de cómo realmente se debía jugar a la paleta. También su hermano Roberto, lo potenciaba en cada una de sus declaraciones. En fin, un personaje lindo que los que tuvimos la suerte de tenerlo, hoy se lo extraña.
Recuerdo en mis primeros años como pelotari haber jugado algunos partidos con Omar, siempre dando el consejo justo a los que recién nos iniciábamos en la pelota a paleta. Compañero inseparable de su hijo (el nene) Marcelo Vega, con quien jugó varios encuentros rabiosos y seguramente algún campeonato tendrán en su historial.
Hoy, desde de la Pelota a Paleta del Sport Club lo queremos recordar de esta manera y darle, aunque sea virtualmente, un abrazo gigante a toda su familia y especial a Walter y Marcelo, con quienes compartimos este deporte en todo este tiempo.
Y si hablamos de personajes, como no nombrar a su archiconocido rival de toda la vida. El gran Catalino Barainca, otro hermoso ser que nos dejó hace un tiempo y tuvo su merecido recuerdo en la revista Urbano.
Lo nombro también porque fui compañero de «Cata» en mis inicios ganando un torneo y sellando ese recuerdo para toda la vida.
Seguramente, desde algún lugar, ya estarán planificando ese partido que comenzaron hace bastante tiempo en su adolescencia y hoy, por cuestiones de la vida, lo podrán seguir jugando eternamente.
Cristian Montes de Oca
