“No es que estuviéramos intentando comprar una prisión. Fue serendipia. Sólo queríamos comprar una propiedad donde poder cultivar hierba. Dio la casualidad de que la prisión estaba disponible”, dice Damian Marley, hijo del legendario Bob Marley.
Se refiere a la instalación de cultivo de cannabis que posee y opera una empresa en la que participa, Ocean Grown Extracts. Situada en Coalinga (California), la planta se encuentra en una antigua prisión abandonada.
Hijo de la redención
La industria del cannabis parece decidida a dar nueva vida a lugares olvidados. Desde la transformación de una prisión abandonada de Coalinga en una enorme planta de cultivo; pasando por las instalaciones de producción de Canopy Growth en Smiths Falls, Ontario, ubicadas en una antigua fábrica de chocolate Hershey’s; hasta el esfuerzo de Massachusetts por convertir molinos que llevaban años sin usarse en plantaciones de interior… La legalización de la marihuana parece haber desatado una ola de revitalización que barre lugares que habían sido abandonados sin más.
Pero la reimaginación de los bienes inmobiliarios (y sus usos) aporta algo más que beneficios económicos a empresarios del cannabis e inversores inmobiliarios. El efecto de desbordamiento adquiere aquí toda su dimensión.
Hace tan sólo unos años, Coalinga, California, una ciudad de unos 17.000 habitantes, se enfrentaba a un déficit presupuestario y a una deuda agobiante de más de USD 3 millones.
“La ciudad estaba endeudada. Y compramos la prisión por USD 4 millones y pico. Y en ese momento, la ciudad no podía ni siquiera permitirse un espectáculo de fuegos artificiales o arreglar el parque”, explica Dan Dalton, cofundador de la nueva marca de cannabis de Damian Marley, Evidence, y mánager y amigo del artista desde hace mucho tiempo.
El dinero no sería lo único necesario para establecerse como cultivador de cannabis en la pequeña ciudad de Coalinga. A lxs locales no les entusiasmaba tener una “fábrica de porro” en su propio patio.
“Educar a una comunidad que era conservadora no fue fácil”, añade Dalton. “Fue difícil transmitir que nuestro cannabis no llegaría a sus calles y provocaría delincuencia. Lo que cultivamos se mete en camiones y sale de la ciudad; la instalación no tiene señalización. Y todos estos ingresos fiscales son para la ciudad. El primer año creamos 100 puestos de trabajo”.
Haz lo correcto
Más allá de los beneficios generados en Coalinga, Marley, Dalton y el equipo de Evidence se esfuerzan por ayudar a lxs presos por cannabis.
“Cuando miras todo el trabajo que estamos haciendo, es una imagen tan hermosa. Sólo la imagen de nosotros cultivando hierba en una prisión lo dice todo. Eso lo dice todo por sí mismo, por no hablar del hecho de que estamos tan implicados en ayudar a la gente a salir de la cárcel, la marca Evidence y lo que representa, y todo lo que vamos a sacar de ese material… No se puede pedir un mejor montaje; no se puede pedir una declaración más fuerte“, dice Damian.
Ocean Grown y Evidence se han asociado con el Last Prisoner Project, una organización sin fines de lucro que se dedica a ayudar a lxs presos no violentos del sector del cannabis a conseguir la libertad y borrar sus antecedentes penales.
La ética de la marca lo dice claramente: “Cultivamos porro en una cárcel para ayudar a sacar a la gente de la cárcel por cultivar porro”.
Y Marley está muy orgulloso. “Esperamos que esto sea también un ejemplo para otrxs. Según mi experiencia, la mayoría de las personas que son grandes fans del cannabis suelen tener una brújula moral. Así que es genial que podamos ver dentro de lo que estamos haciendo en la industria que nos mantenemos fieles a nuestra moral en términos de ayudar a la gente y hacer lo correcto”.
Política y racismo
Marley se pregunta a menudo qué es lo que hace que alguien se crea con derecho a hacer ilegal una planta.
“La historia del cannabis y cómo se convirtió en ilegal para empezar está cargada de política y racismo”, dice. “Cosas que en realidad no tienen nada que ver con el cannabis en sí o con el efecto que el cannabis tenía en la gente. Es una larga conversación sobre los estudios y sobre a quiénes persiguen y encierran por cannabis”.
Para Marley, el cannabis nunca debería haberse prohibido en primer lugar.
“Al fin y al cabo, es una planta natural; está dada por Dios”, dice. “Puede salvar vidas”.
Mechar con responsabilidad
Buscando arrojar algo de luz sobre las injusticias derivadas de la prohibición del cannabis, Marley y Ocean Grown lanzaron Evidence en la víspera del Juneteenth del 2021, coincidiendo con el 50º aniversario de la Guerra contra las Drogas del presidente Nixon.
El envase de las flores de cannabis Evidence se parece a las bolsas de evidencia de la policía, y la empresa dona USD 1 por cada venta al Last Prisoner Project (LPP).
“Cuando llevamos por primera vez una bolsa Evidence a una cena del LPP, a la gente no le gustó. Y ese era el objetivo: hacer que la gente se sintiera incómoda”, recuerda Dalton. “La forma en que nos gusta pensar en Evidence es como un disruptor, algo que va a iniciar conversaciones. Y eso es lo que se necesita ahora mismo. Por muy incómoda que sea esa conversación, es lo que hay que hacer”.
Para ayudar a transmitir este mensaje, el lanzamiento de Evidence ha ido acompañado de una colaboración en video producida por Dan Dalton, con apariciones y contribuciones de Damian Marley, Berner y el director creativo de Evidence, Nabil Elderkin, un célebre director de videos musicales conocido por su trabajo con Kanye West, Kendrick Lamar, Frank Ocean y John Legend. El cortometraje documental resume perfectamente el movimiento de justicia social y el mensaje de la marca.
“Evidence es fumar con responsabilidad, mechar con responsabilidad”, dice Marley. “Con Evidence, es acción y reacción. No sólo vendemos un producto, sino que hay una reacción. La gente se conmueve y ayudamos a la gente”.
Y continúa: “Nosotrxs, como músicos de reggae, como cultura rasta, como jamaiquinos, siempre hemos apoyado que el cannabis sea legal. Así que ese movimiento es muy querido para nosotrxs. Muchxs de nosotros hemos sido perseguidos por la hierba. Yo he pasado tiempo en la cárcel por hierba. Así que desde ese punto de vista, ha sido muy importante para nosotrxs la legalización del cannabis”.
“El cannabis es una gran parte de la cultura jamaiquina y una gran, gran parte de la cultura rastafari. Siendo mi familia quien es, siempre ha estado presente en cierto modo. Mi padre solía fumar hierba, obviamente. Mis hermanos y hermanas fuman hierba. Y la gente que me rodea… Hoy en día es una parte importante de mi vida, de mi rutina diaria”, concluye Marley.
Fuente: elplanteo.com
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