Si bien la pandemia aumentó la dependencia a las pantallas en todo el mundo, Argentina supera el promedio global de tiempo de permanencia en las redes.

El último año y medio modificó al mundo para siempre. Uno de los efectos colaterales de la cuarentena tuvo que ver con el uso que le damos a las pantallas y las redes sociales como medio de socialización, trabajo, recreación y hasta compra de bienes y servicios. En la jornada de ayer, en el programa de «Feudale Café», que se emite por la radio platense FM 103.5 La Cielo, se consultó a Facundo Cajen, maestrando en Ciberdefensa y Ciberseguridad, quien se refirió a los números del uso del internet, tanto para el estandar nacional como internacional.»El 60% de la población mundial se conecta diariamente a internet, el año pasado nada más se sumaron 300 millones de personas. Mientras que el la media del mundo es 6 horas y 55 minutos, Argentina está en el podio con 9 horas y 59 minutos conectados de forma activa», explicó.

El profesional explicó que los números refieren a la conexión «de forma activa», que es no unicamente «tener el celu prendido, sino efectivamente prestarle atención a una pantalla 10 horas al día». De las 10 horas que, según las mediciones, los argentinos y argentinas utilizamos las pantallas de forma activa, apoximadamente unas tres horas y media son exclusivas de las redes sociales. «Al cabo de una semana pasamos más de 25 horas, un día entero, enchufados al celu o la compu mirando la historia de vida de los demás o compartiendo nuestra historia de vida con los demás», continuó el experto.

Y este abuso de la utilización de pantallas no se da de forma igualitaria en el mundo, sino que «hay una división entre el sur y el norte del mundo», donde los países del sur del mundo «son los que están más conectados en su día a día, mientras que los países nórdicos como Japón, Suiza, Estados Unidos, Europa, no sabemos el motivo exacto utilizan abajo de las seis horas en promedio».

Segun expuso el experto, ante el aumento del tiempo en redes sociales es necesario imponer medidas de salud y bienestar digital. Esto consiste en limitar la cantidad de horas que se pasan en las aplicaciones. En este sentido muchos celulares «ya tienen formas de controlar el tiempo que utilizamos en cada app, esto nos va permitiendo recuperar esa independencia o soberanía personal».