Buen viaje querido Padre Angel

Hace instantes recibimos la triste noticia del fallecimiento de nuestro querido Padre Angel. Por tal motivo creemos oportuno recordarlo a través de esta entrevista hecha por Leo Mudano allá por el 2009. Vuela infinito querido Angel. Gracias por tu simpleza y gran corazón. A tus 91 años nos dejaste una huella imborrable a todos los magdalenenses.

Hace dos años que no está en Magdalena, recuerda bien que su despertar previo a la partida fue el último día de enero de ese 2008 “mirá fue el 31 de enero de 2008, hace dos años o sea todo ese año y todo el 2009” explica.

Jubilado pero siempre sacerdote, cumple su ministerio en la Iglesia de San Ponciano, situada a pocas cuadras de Plaza San Martín, en el radio céntrico de la ciudad de La Plata. Allí estuvimos preguntando por él en varias oportunidades buscando el contacto para esta nota, de ese lugar solo conseguimos algunas fotos del Templo.

Semanas más tarde, luego de buscar en la guía por Internet, de llamados a parientes y de caminar por La Plata, un contacto salvador nos dio su número de teléfono y dirección. El llamado, la sorpresa y la predisposición para siete días después atendernos en su casa. Un frente vidriado, un ascensor que nos deposita en el cuarto piso y detrás de la puerta un moderno departamento con amplia luz que ingresa por un ventanal y baja a un escritorio en donde se ven imágenes santas y decenas de papeles. En realidad por toda las casa se pueden observar fotos suyas en distintos momentos como sacerdote, quizá las mas preciadas son las que se encuentra con el fallecido y siempre vigente Juan Pablo II. Hay otras fotos, de niños y personas adultas, imaginamos, pero con certeza no podemos decir quienes son.

Se puede husmear que detrás de un estrecho pasillo se encuentran algunas habitaciones  y un poco mas acá la cocina, pero grandiosa es la vista que se ve desde el cuarto piso del edificio adonde vive, desde el balcón se ven monumentales construcciones, torres que cortan el cielo, alguna cúspide de iglesia y allá casi escondidos se dejan ver los picos de la majestuosa Catedral de La Plata, esa obra de ingeniería magnífica a la cual Ángel D´Auro mira diariamente y que fue lo primero que nombró.

Pese a su nueva vida manifiesta que a pesar de todo el contacto espiritual con Magdalena siempre lo tiene ¿cómo? A través de una forma muy particular “todos los días reviso el diario, busco adonde están anunciados los difuntos y veo quienes fallecen por lo que siempre les rezo una misa. Se me hizo un hábito rezar por Magdalena”.

– Mas allá de lo espiritual ¿Tiene contacto físico con Magdalena?

– No volví nunca, si alguna vez el cura párroco me invita para decir una misa con mucho gusto volvería.

– Más allá de si lo invitan y de esta nota para Urbano, ¿Cuándo va a ser el momento en que aparezca públicamente?

– Si Dios me da vida cuando cumpla los 80 me voy a comer un asado con cuero allá. (Risas) Faltan unos meses nada más, el próximo 10 de octubre.

– ¿Y con 80 años como se siente?

– Con una alegría inmensa y así recuerdo a Magdalena, cuando veo a alguien de allá me parece ver a un pariente quizá por ese afecto que hay con la gente y hasta el último día Magdalena significará ese broche de oro de mi vida apostólica. Pero a pesar de ser un párroco en Magdalena fui un buen vecino, a pesar de mis debilidades hubo gente que me quiso tanto a nivel municipal como en el caso de ciudadanos, siempre fui muy comunicativo,  nunca negué un servicio a la comunidad y creo que algún sello, alguna impronta ha quedado por ejemplo la Ciudad de la Misericordia.

Hace poco me dieron buenas noticias, me parece que van a arreglar el techo de la Iglesia y eso me da alegría.

– ¿Cree que la gente extraña a Ángel D´Auro hoy?

– Yo no me voy a poner en el centro de esta entrevista, pero creo que cuando la gente viene sienten que los quiero, que los trato con gran alegría, cuando llegué a Magdalena dije ‘no vengo a que me levanten un monumento, vengo a cumplir una misión y a veces la misión puede terminar en un fracaso’.

No me puedo olvidar de Magdalena, fueron 12 años y fue el último paso de mi vida, no hubo otro detrás.

– ¿Hay gente que no lo extraña a Ángel D´Auro?

– Creo que si, la gente extraña en la medida en que tuvieron una relación directa conmigo.

ENTRE TINELLI Y LA CRÍTICA SOCIAL

– ¿Qué hace en la actualidad?

– Continúo siendo sacerdote, rezando a los enfermos, ayudando, celebrando misas en distintas iglesias.

– ¿Cómo es un día suyo en esta faceta de jubilado?

– Me levanto, me hago mi desayuno en este ambiente del que estoy muy contento y me voy a San Ponciano, a la vuelta compro el diario generalmente y en una casa de comidas me compro unas verduritas y me hago el almuerzo. Cuando debo hacerlo voy al médico y me tomo un cafecito muy a menudo en un café que queda cerca.

Seguidamente me encuentro con personas que me conocieron o fueron mis alumnos, hace poco me crucé con un niño que los tuve 6 años en el San José y ahora es médico cardiólogo.

– ¿Por dónde empieza a leer el diario un sacerdote?

– Por la sección de los difuntos, eso es una señal de vejez o de amor quizás.

– ¿Y cuándo prende la tele?

– Es muy poco lo que veo, pero pongo el canal de la Madre Angélica o el EWTN y los informativos. También algún concierto que haya.

– ¿A Tinelli?

– Si pero no seguido, alguna que otra vez ya que no siempre estoy libre en ese momento y cuando llegan las nueve y media me voy a la camita.

– ¿Qué encuentra en la tele?

– La tele me motiva mucho a la oración, veo la gran descristianización. Nunca predico mas de 5 minutos y me he dado cuenta que la gente está chocha porque un cura al final de la vida predica solo lo que la gente necesita saber. (Ríe).

– Hace poco pasó lo de la familia Pomar, hay casos de inseguridad ¿Cómo ve esto desde su posición?

– Yo digo que a medida que se ve va dando la ausencia de Dios, el país va cayendo en todas estas barbaridades como lo es la inseguridad.

– ¿Es culpa del Gobierno, de las Instituciones o de las personas?

– Según la Iglesia todo está en esa célula que es la familia. Hay mucho nerviosismo en la gente, un exceso de autos, exceso en las personas en estos días, creyendo que para ser felices hay que comprar. Hay mucha responsabilidad nuestra, los cristianos tenemos que reflexionar fuertemente y dar nuestro aporte a través de una conducta digna pero hoy tiene tal fuerza el relativismo, la descristianización que arrasa y los que no viven cristianamente tendrán su culpa. Cuando pienso en mi infancia o en los primeros años de sacerdote y veo como está la cosa ahora…

– En Magdalena, por lo que se informa  ¿Cómo ve las cosas? En el informe de la revista anterior se habló sobre el incremento de la violencia familiar y que tenía en muchos casos origen en trabajadores del Servicio Penitenciario.

– Recuerdo que había reuniones a las que asistí que hablaban de la cultura ‘tumbera’. En una charla escuché que el 80 % de la violencia familiar se daba en hogares del Servicio Penitenciario.

– ¿Y esa gente confiesa esos pecados o no los reconocen como tal?

– No, generalmente los Penitenciarios no se confiesan, era muy reducido el núcleo que vivía cristianamente en Magdalena y con los valores cristianos.

UNA HERIDA ABIERTA

– En un párrafo de la nota me dijo’ hace dos años que me fui o me fueron’, luego de dos años ¿cuál es su reflexión?

– Yo nunca me fui, se terminó una etapa. Pero me faltaron 8 meses para cumplir doce años y fue cuando el Señor Arzobispo no respetó que me faltaran 8 meses.

– Alguna vez ¿Tuvo la oportunidad de estar con él y planteárselo?

– Desde que salí de Magdalena nunca mas vi al Señor Arzobispo, no se ha dado la casualidad de habernos encontrado. Cuando yo voy a la curia a cobrar mi jubilación nunca lo encuentro.

– ¿Le gustaría encontrarlo?

– Creo que si lo encontrara le preguntaría muchas cosas.

– ¿Qué cree que le diría?

–  Es muy difícil porque el Arzobispo… no se como pintarlo, no lo quisiera ofender pero cuando determina algo lo mantiene a viento y marea.

Que quede clarito, yo nunca me quejaré al Arzobispo que me haya sacado de Magdalena, lo que sí le preguntaría es el por qué del modo en que me despidió, como si fuera un fugitivo, no se me dejó volver para la toma de posesión del nuevo párroco, yo tendría que haber estado ahí. El Arzobispo no fue capaz de decir una palabra de gratitud para con este humilde hombre que había estado doce años en Magdalena y que él siempre alababa. Pero cuando llegó el momento dijo ‘acá vengo a traer sangre joven’, lo único que dijo de mi es que era un viejo, ni siquiera fue capaz de decirle al pueblo que recen un Ave María por este hombre que amó tanto a la virgen.

– ¿Hubo terceros que hablaron para apresurar su ida?

– (Silencio) Está en el misterio, me dijeron que hubo terceros.

– ¿Y qué les molestaba de usted?

– Que era viejo, que ya no estaba capacitado para dirigir una Parroquia, bueno ahora tienen un joven.

– En el transcurso de la nota dijo que si el Párroco lo invitaría, iría ¿Cree que lo invitaría?

– Nunca lo he encontrado al nuevo Párroco de Magdalena, pero se que en varias oportunidades le han hecho un pedido de mi y antes de que terminen les decía que no, él no quiere que yo vuelva y yo si no puedo volver a la Parroquia de la que salí con tanto amor,  a Magdalena hasta dentro de un tiempo no iré, pero no voy a dejar de ir. A mi me parece que me corresponde ir al Templo y saludar al Párroco.

Cuando fue la fiesta de la Misericordia  y hubo que celebrarla no quiso saber nada que vaya, yo no ando escarbando pero a mi me vinieron a preguntar si yo iría y dije que sí, sin ningún problema.

Con esta particular frase culminaba la entrevista, una declaración que dejará pensando, recordando o reflexionando a quien lea estas líneas.

En una tarde agradable y de intenso calor se podía ver en el camino de vuelta las vidrieras navideñas decoradas, las madres junto a sus hijos con sus bolsas repletas de regalos e ilusiones y recordaba a D´ Auro diciendo “hay un exceso en las personas en estos días creyendo que para ser felices hay que comprar”, me sonreía pero a su vez pensaba su última frase cuando le pregunté cuál es el mensaje para la gente de Magdalena en estas fiestasy me respondió “Que me sientan al lado de ellos porque yo nunca me fui espiritualmente de Magdalena. Que los quiero y agradezco el amor que me dieron, la felicidad que yo viví ahí, la alegría, el aire puro, los momentos, las celebraciones. Si les sobra algún Ave María que lo manden para acá que yo la mejor oración que voy a hacer ante el pesebre va a ser para Magdalena”.

Entrevista y Fotos: Leo Mudano

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