El boxeo en Villa, ejemplo en el cumplimiento del protocolo para el deporte

La clase dejo de ser lo que era el año pasado, ahora el gimnasio se encuentra dividido por cuadriláteros marcados en el piso. En cada cuadrilátero podemos encontrar un par de pesas, una colchoneta, conos, una bolsa, guantes, etc. En definitiva todo lo necesario para que los púgiles desarrollen la práctica sin necesidad de contacto con sus pares.

El entrenador, Jorge Chocobar, no permite el ingreso a nadie que no tenga barbijo luego se ubica en el medio del gimnasio e indica los ejercicios que cada practicante realiza de manera individual dentro de su cuadrilátero. Todo bajo un ritmo de tiempo controlado al máximo para cumplir con los tiempos que el protocolo exige.

El ingreso está dividido para que no se junten los que entran y salen, una vez dentro del gimnasio lo primero que aparece es una mesa con alcohol en gel y planillas de inscripción.

Parece mentira que un deporte de contacto como el boxeo se haya podido transformar de tal manera que se pueda realizar sin llegar al contacto, pero la verdad es que los encargados de este deporte se han tomado el trabajo de manera seria y han logrado volver con los recaudos necesarios ya que como según dicen ellos, debemos cuidar a nuestros futuros campeones.

Ni un segundo más del tiempo determinado, finaliza el turno para poder dar lugar a la etapa de desinfección para recibir al segundo turno o al próximo deporte en condiciones, atrás quedaron los saludos y las charlas del pos, que seguramente se hacen en otro ámbito o por otro medio.

Villa y el boxeo a dado ejemplo de como una institución con un gimnasio de amplias dimensiones puede adaptarse a las exigencias sin dejar de cumplir su función que no solo atañe a lo deportivo sino también a lo social

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