Interno de la U35 de Magdalena se da a la fuga y muere en tiroteo

Nicolás Crause Lara (23), el convicto que este mediodía protagonizó una fuga de película de un hospital de La Plata y poco después terminó muerto en medio de un tiroteo, estaba preso desde mayo de 2015. Lo habían arrestado con 18 años. En su primera condena como mayor recibió seis años de cárcel por el delito de «robo agravado por el uso de arma». No le faltaba mucho para salir en libertad, pero estaba cansado del encierro y eligió el peor camino: tragarse una bombilla y un tenedor para que lo llevaran a un hospital, un artilugio riesgoso, aunque bastante habitual en el submundo carcelario.    

Crause Lara había ingresado anoche al Policlínico San Martín. Llegó de urgencia procedente de la Unidad Penitenciaria Nº 35 de Magdalena. y, según las fuentes, tres agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) participaron del traslado: el jefe de la sección de guardia de Seguridad Exterior del penal, un oficial adjutor y un sargento. El detenido había sido asistido en la guardia y estaba próximo a recibir el alta cuando desarmó a los guardias y se fugó entre enfermeros, médicos y pacientes. De acuerdo con los primeros testimonios recabados por los investigadores, uno de los efectivos le sacó las esposas para que pudiera ir al baño pero el preso aprovechó esa situación y se alzó con las dos pistolas reglamentarias.

Sin embargo, todavía no está claro si la fuga se produjo cómo relataron los guardias. De hecho, la Auditoría de Asuntos Internos del SPB abrió un sumario y dispuso el pase a disponibilidad preventiva de los tres agentes afectados a la custodia. “Se pudieron detectar varias irregularidades serias. No sabemos si hubo negligencia o complicidad”, precisó una de las fuentes consultadas por PERFIL. 

Por estas horas, nadie descarta que la ingesta de los utensillos de cocina haya sido parte de un plan de fuga orquestado desde el mismo penal. Lo extraño es que aparentemente el evadido no contó con apoyo externo. Cuando desarmó a los guardias se subió a un remís que estaba estacionado frente al hospital y escapó en dirección a la autopista La Plata – Buenos Aires. 

Por los controles vehiculares que hay para circular por la pandemia del coronavirus, está claro que no era un buen plan. Crause vivía en Quilmes y es probable que buscara refugio en esa zona. No llegó demasiado lejos. En las calles 122 y 48 -a unos tres kilómetros del hospital- fue interceptado tras una breve persecución.  Otro punto que no está claro es cómo murió. Si efectivamente se suicidó de un disparo al verse rodeado o si fue abatido en medio del enfrentamiento con los policías de la Bonaerense.

Fuente: www.perfil.com

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