Solidarios en tiempo de pandemia. Hoy, Betty Vieites: «Lo hice de corazón»

Como enunciamos en la nota de anterior, a lo largo de estos días vamos a ir recorriendo la historia de aquellos vecinos que decidieron ayudar, en este caso trabajando a través de su oficio y confeccionando barbijos a cambio de mercadería que fue donada días pasados al área de Acción Social.

Nos comunicamos con Betty, la titular del Taller de costura y nos señalaba que esta iniciativa surgió como una necesidad de ayudar en estos tiempos de pandemia. «Se empezó a difundir el uso del barbijo como método preventivo, y cómo mi taller de costura también genera el contacto con gente lo tuve que parar, entonces me pareció una buena forma de colaborar con la comunidad con la confección de barbijos, por supuesto sin fines de lucro» nos contaba Betty.

Magdalena siempre fue solidario, como dije en otras ocasiones y hoy más que nunca se ve en redes sociales el compromiso de solidaridad que viene generando esta crisis.

«Confeccionamos más de 1000 barbijos y se han ido donando al Hospital, al SPB, a la Policía y a la comunidad de Magdalena. En un principio los hacía y los daba sin pedir nada a cambio, pero después se me ocurrió la idea de solicitar un alimento a cambio de los barbijos. A la gente le pareció muy buena la idea y de esta manera también poder ayudar a familias que necesitan» señalaba Vieites que trabaja con su mamá en la confeccion de este insumo.

«Trabajé con el grupo de veterinarios. En mi caso con Veterinaria Integral y en conjunto juntamos la mercadería y la entregamos a Acción Social. El material que usamos fue reciclar bolsas de friselina sumada a la tela que había comprado, al igual que el elástico. Pero un momento los materiales se fueron terminando y la gente empezó a responder a mi pedido trayéndome bolsas o retazos para poder cumplir con la demanda de barbijos» le comentaba a Magdalena Urbana la vecina de Magdalena.

Betty hace años que se dedica a la costura y le llevó mucho tiempo poder fomentarlo. Hoy, ya está instalada y tiene una clientela que la respalda en cada una de sus confecciones.

«El tiempo de confección de cada barbijo era de 15 minutos mas o menos y lo trabajamos junto con mi mamá que me da una mano grandísima y así poder cumplir lo más rápido posible con los pedidos» nos decía Betty.

«La verdad que se siente mucho el agradecimiento de la gente cuando uno hace las cosas de corazón y te lo dicen todo el tiempo. Eso me dio fuerzas para seguir en esta tarea y ayudar sobre todo a los que más lo necesitan».

Así, con este humilde pero sincera nota quisimos de alguna manera destacar a esta vecina que decidió abrir su corazón para que cada magdalenense pueda tener la posibilidad de un barbijo y además, como si esto fuera poco, ayudar a las personas que más sufren en este momento.

Gracias Betty!

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